miércoles, 24 de septiembre de 2014

1 año en América!

Aunque me cueste creerlo, ayer cumplí un año aquí en USA. El tiempo ha volado para mí en este último año y las palabras se me quedan cortas para expresar cómo me siento.
Ha sido un año completo en el que no me ha faltado de nada, he vivido los mejores momentos de mi vida y he disfrutado como nunca... He crecido, madurado, aprendido y enseñado, he reído hasta llorar y he llorado hasta acabar riendo.
He aprendido a sobrevivir, a adaptarme, también a valorar, a no ser tan tiquismiquis y a ser mejor persona. También he aprendido a disfrutar (sí, todavía más), a superarme, a dejar los miedos atrás y a llevar mis metas hacia adelante. He cumplido sueños, he descubierto lo mejor de mí y también lo peor, he experimentado, he descubierto, he caído pero lo más importante es que siempre me he levantado. He aprendido a no llevar siempre el control, a responsabilizarme, a abrir mi mente, a no prejuzgar y a ser más confiada. He aprendido a no quejarme tanto, a aceptar los cambios, a conocerme a mí misma y a no ponerme límites. He aprendido a abandonar el pasado y solo mirar hacia el futuro, a cometer errores y sobre todo, a aprovechar las oportunidades.
Las personas somos insaciables por naturaleza, nunca nos conformamos con nada y siempre queremos más y más para llegar a ese punto de felicidad absoluta que nunca llega. La felicidad es un don, un regalo de la vida y hoy, después de un año en América, puedo decir que si no he llegado a ese punto de felicidad extrema lo he rozado con las yemas de los dedos.
Me siento realmente afortunada de haber vivido esta experiencia durante un año y de haber conocido a fondo la verdadera cultura americana. Este Estado llamado Carolina del Norte que poco menos tuve que buscar en el mapa cuando decidí venir, me ha atrapado y me ha enamorado desde el primer momento en que lo vi. Sin duda Raleigh será siempre mi segunda ciudad, aquí me siento como en casa y lo llevaré siempre guardado en mi corazón junto a todos esos buenos recuerdos que me ha dado.
Sé que me he perdido muchas cosas por el camino estando aquí, sin duda esa ha sido la peor parte de mi experiencia, pero creo que cada uno debe decidir como vivir su vida y que, por mucho que duela, nunca se debe de dejar de hacer nada por nadie. También creo que cuando vuelva a Vigo todo estará en su sitio y lo que no, es porque algún día iba a moverse igualmente.

Hoy ha llegado ese día... el último que he trabajado y me siento... rara. Una mezcla entre nostalgia, tristeza, subidón y alegría. Por un lado tengo muchísimas ganas de un cambio, de una nueva aventura y de ir descubriendo poco a poco todo lo que se me viene encima pero por otro lado solo pienso en que no quiero separarme de mis niños para siempre. Ellos han sido la razón de mi felicidad en esta casa y juro que nunca había querido tanto a unos niños como a estos (obviando a mi sobrino, claro). Conozco absolutamente todo de ellos y los quiero como si fueran parte de mí. Espero que no me olviden nunca porque yo prometo no hacerlo.





Y bueno, después de este momento de reflexión contar que después de volver de mis vacaciones, el fin de semana celebramos el cumple de los trillizos que habían cumplido los 3 añitos el día 7 en New Hampshire.
La celebración fue el sábado ni más ni menos que a las 9:30 am. Yo no daba crédito cuando me dijeron la hora. Fue en el "Pump it up" el sitio de hinchables donde solemos ir. Esta fue la celebración con niños que fueron en total unos 12... Lo pasaron muy bien pero de nuevo eché en falta lo más importante de un cumpleaños infantil: el momento locura de regalos! Aquí es de mala educación abrirlos delante de todos, así que los ponen todos juntos en algún sitio y luego los abren en casa. Anotan de quién es cada cual y luego les mandan una tarjeta de agradecimiento a cada uno.
Al acabar, nos fuimos a casa y yo descansé un poco porque apenas había dormido nada pues había salido la noche anterior con Madelaine, estaba muerta. A eso de las 2 pm teníamos comida/cena con toda la familia y vinieron los padres, hermanos y sobrinos de Teah y nos juntamos bastante gente en casa. Todos ellos muy raritos, creo que ya lo tengo comentado, y me sigue llamando la atención el echo de que uno coma en la sala viendo la televisión, otro abajo en el cine viendo el fútbol americano y otros en el comedor, pero bueno... será cosa de cultura oye!
Después de una deliciosa lasagna llegó el momento regalos que la verdad estuvo muy bien porque parecía Navidad todos sentados en el salón viendo como los abrían. También parecía Navidad por la cantidad de regalos que recibieron, aunque teniendo en cuenta que son tres casi hasta lo veo normal. Estuvieron, sin exagerar, como dos horas abriendo regalos con parada para soplar las velas de la tarta por el medio. Las tartas fueron muy originales; como las niñas adoran las princesas la abuela les hizo unas tartas de princesas y para Jon una comprada. Cantamos el cumpleaños, soplaron las velas, foto por aquí, foto por allá y poco más que contar. Ah! se me olvidaba decir que mi regalo fue el que más les gustó, por supuesto. Como he dicho a las niñas les encantan las princesas Disney y les vuelve locas disfrazarse, así que aprovechando que ya está en las tiendas todo lo de Halloween (sí, una locura) pues les compré a cada uno un disfraz; a ellas de Ariel y de Cenicienta con sus zapatitos y complementos y a Jon de Toy Story que le encanta.
En el Pump it up.



Abriendo los regalos en casa.

 
Vestidos con mis regalos.






Ese viernes antes del cumple como dije salí con Madelaine, para variar fuimos a Cornestone y a Ariquitect que me hizo mucha gracia que en los dos sitios los camareros y porteros ya nos conocen hasta el punto de no tener que esperar la inmensa cola. Qué menos, somos clientas poco menos VIP! Me encanta Arquitect, la verdad es que lo voy a echar mucho de menos; el ambiente es buenísimo y la música es genial. Creo que los Djs también me conocen porque me paso la noche rogándoles que me pongan "spanish music" y al final siempre lo consigo aunque la mayoría de las veces su temazo en español es "La Gasolina" (WTF!??) pero bueno... menos es nada!
El sábado salí con Torre y los amigos, también fuimos a Arquitect y me lo pasé genial!
 
 


Este fin de semana fue mi último en Raleigh así que el viernes invité a Madelaine a cenar a mi casa y también se unió una chica de Brazil que ella conoce y que lleva solo un mes aquí (sí, yo también flipé con su pechonalidad jajaja). Hicimos pregame y luego salimos. En Cornestone me encontré con Cody y me hizo muchísima ilusión verle aunque el chico sea monotema (ejem!).
El sábado pregame en casa de Madelaine y otro tanto de lo mismo...


 
Lo cierto es que voy a echar mucho de menos a Madeleine. Nunca pensé que fuese a hacer una amistad tan buena con alguien que ni siquiera habla mi mismo idioma, siempre dije que me parece muy difícil pero la verdad es que con ella conecté muy bien desde el principio. Con ella nunca te aburres porque habla muchísimo y siempre tiene tema de conversación, lo cual me encanta. Además nos parecemos mucho y tenemos los mismos gustos y me encanta salir con ella de fiesta. Espero que venga a visitarme a California pronto!
 
 
 
 
 
Y el domingo,,, tatatachán!!!! fui a hacer paracaidismo!!!
Era mi sueño de toda la vida, una de esas cosas que respondes cuando te preguntan qué te gustaría hacer antes de morir.
Resulta que un día apareció una oferta en Groupon por $165 (el precio regular son unos $250) y le pregunté a Madeleine si quería hacerlo conmigo y me dijo que no porque no se atrevía así que le pregunté a Johanna pensando que también me diría que no o que se lo pensaría cuando, para mi sorpresa, me dijo inmediatamente que sí. Así que los compramos sin pensarlo y la cosa se quedó ahí y no volvimos a pensar en ello hasta que hicimos la reserva para hace dos fines de semana. Ese fin de semana me llamaron un día antes los del sitio y me dijeron que se cancelaba por el tiempo y nos lo cambiaron para el siguiente. Yo estaba un poco asustada porque era el último finde que me quedaba en Raleigh y si se volvía a cancelar ya no lo podría hacer ningún día más pero la suerte se puso de mi parte e hizo un diazo.
Así que el domingo a las 13:30 pm nos plantamos allí sin pensar muy bien en lo que íbamos a hacer. Hasta ese día ni siquiera había estado nerviosa porque intentaba no pensar en el tema, sino igual me echaba atrás, pero cuando íbamos de camino empecé a ponerme un poco nerviosa. Llegamos, hicimos el papeleo que tienes que firmar más cosas que si te compraras un piso y esperamos por allí dentro unas dos horas. Mientras veíamos a otros tirarse, avionetas despegar, otras aterrizar, helicópteros... y yo ya empezaba a ponerme cada vez más nerviosa. Entonces llegó un señor llamándome por mi nombre de una manera muy graciosa como es habitual que resultó ser mi instructor. Era un señor enorme y yo solo pensaba en que si me tiraba con él me hundiría hasta el suelto a los dos segundos de saltar del avión pero la verdad es que luego me sentí muy cómoda con él, sobre todo cuando me dijo que llevaba 25 años haciéndolo y que nunca había pasado nada (qué va a decir!).
Nos explicaron todo lo que teníamos que hacer, nos dieron un pantalón horrible, nos pusieron todos los cachibaches y al lío! Llevábamos un cámara cada una filmándonos porque habíamos contratado el video con fotos que nos valió $100 pero creo que es un recuerdo inolvidable para toda la vida. El caso es que el chico me preguntaba cosas y yo estaba tan nerviosa que ni le escuchaba, ni le entendía ni sabía hablarle en inglés (y creo que en español tampoco).
Nos subimos a la avioneta y entonces ya no es que estuviera nerviosa es que cagaba patatillas! Subimos una altitud de 13.500 pies y en el momento que dijeron "abrimos puertas" el corazón me dio un brinco. No menos que cuando me acerqué a la puerta con mi instructor (al que vas unida) y después de un "ready, set goooooooooooo" que ni siquiera recuerdo con claridad, saltamos!! No sabría explicar muy bien la sensación, es una mezcla entre miedo e inseguridad ya que parece que te vas matar porque te estas tirando al vacío pero a la vez un subidón de adrenalina inimaginable. En ese momento cuando estaba descendiendo en caída libre a 120 mph (casi 200 km/h) solo pensaba en lo arrepentida que estaba de haberlo hecho porque juro que parece que te vas a estampar contra el suelo pero a los segundos cuando ya estás en posición cómoda, es decir boca abajo y bien sólo pensaba en lo contenta que estaba de haberlo hecho. El miedo que yo tenía era que me costase respirar porque pensaba que ya te cuesta cuando vas por la autopista y sacas la cabeza por la ventana, cuánto más en esa situación y lo cierto es que es verdad, tienes que concentrarte en respirar sino sí que tienes dificultades. Además los oídos te retumban como si fueras a perderlos al igual que la cabeza.
Después de 1 o 2 minutos de caída libre, no sé muy bien cuántos la verdad, llegó el mejor momento en el que el instructor tira del paracaídas y después de un subidón hacia arriba disfrutas de 5 minutos de gloria sobrevolando el paisaje. Qué pasada y que sensación; ahora entiendo el lema de allí que dice "You will really discover why birds sing"/ "Tú realmente vas a descubrir por qué los pájaros cantan". Es una sensación de paz y de gloria y de buaaa que bien estoy aquí arriba... Te sientes Dios! Me encantó ese momentazo...
Para terminar, llegó el aterrizaje el cual mi instructor me iba explicando cómo hacer, simplemente doblar las rodillas y frenar con fuerza para no caer de morros, pero finalmente caímos de culo.
 
Y esta fue, sin duda, una de las mejores experiencias no de mi aventura, sino de mi vida, una de esas cosas que como dije necesitaba hacer para morir tranquila y qué mejor sitio para cumplir sueños que aquí, en América, donde se puede sumar a otros tantos que ya he alcanzado.
 
 
 
 
Después del salto me volví a casa porque tenía cena de despedida con mi familia y también invité a Madeleine. Fue rapidita, como siempre, pero lo cierto es que lo agradecí porque cuando llegué a casa después del paracaidismo estaba agotada de haber soltado tanta adrenalina. Nunca antes había tenido esa sensación de agotamiento, se me relajó todo el cuerpo y parecía que me hubiese pasado un camión por encima. Al día siguiente y aún hasta el día de hoy que han pasado tres días sigo con unas agujetas como si hubiera corrido una maratón.
A la hora del postre mi familia me sorprendió con esta tarta que era una cookie gigante, que riquiños!
 
 
 
 
 
Y aquí sigo el último día y haciendo las maletas... como me encanta dejar todo para el último momento. Estoy volviéndome loca y no sé en que momento pude juntarme con tantas cosas en tan solo un año. Menos mal que en mayo llevé muchísimas cosas a Vigo y menos mal que en California no necesitaré ropa de invierno sino no sé que haría. Además, la compañía con la que vuelo permite llevar dos maletas grandes gratis que no es lo normal pero aún así... estas son algunas de las cosas que tengo que dejar aquí más otra tonelada de cosas que ya he tirado:
 
 
 
 
 
Mañana por fin el día más esperado para Anna y para mí desde que estamos aquí: el Festival de TomorrowWorld en Atlanta, Georgia. Mi avión sale a las 12:30 am y estaremos allí hasta el lunes por la tarde que vuelvo a Raleigh. Muero de ganas y de emoción!! Os lo cuento a la vuelta... Y después del festival, el martes, vuelo desde Raleigh con destino... CALIFORNIA!!!
Entradas Festival TomorrowWorld 2014.
 
 
 
 
 
Para despedirme foto de mi 12º mes... "Just relax, breathe and let the current gently carry you on the ride of your life" / "Solamente relájate, respira y deja que la corriente te lleve suavemente hacia la mejor aventura de tu vida".
 

 

sábado, 20 de septiembre de 2014

Vacaciones de septiembre

Hace un par de semanas disfruté de mis vacaciones extras de septiembre, pues como había contado mis hosts se fueron a New Hampshire a casa de los abuelos y me dieron la opción de no ir con ellos pagándome igualmente la semana. Ellos se fueron el 30 de agosto y después de llevarlos al aeropuerto y sentir incluso un poco de nostalgia al decirle adiós a mis niños... empezaron mis 11 días de vacaciones otra vez!!

Y cuál fue mi destino?? :))))) mayormente FLORIDA con Anna!!!! Primero hice una paradita en Philadelphia pero empecemos por el principio que me encanta liarme...

Resulta que desde hace mucho tiempo me apetecía visitar Philadelphia porque es la única ciudad "importante" de la Costa Este que me quedaba por visitar pues ya he estado en Florida, estaré en Georgia para la semana, también estuve en Carolina del Sur, Virginia, Washington DC, NY, Boston y Chicago... y quería hacerlo antes de mi extensión por si saltaba la liebre y me iba para la Costa Oeste (que finalmente saltó!) que es en la otra punta del país y luego no lo podría hacer. Así que decidí aventurarme y hacer mi primer viaje sola lo cual también tenía ganas de hacer, al menos, una vez aquí.

Pues el sábado dormí sola en Raleigh y qué gustazo toda la casa para mí sin escuchar absolutamente ni un ruido, hasta me sentía un poco sola porque esta casa es enorme pero la verdad me gustó tenerla un día enterita para mí. El domingo me vino a buscar un taxi a las 8:30 am y me fui al aeropuerto para comenzar mis vacas. El vuelo salió con un poquito de retraso, of course, y aun encima tuve que hacer escala en NY pero, para mi sorpresa, la escala era en tren! Yo no tenía ni idea porque ni me había fijado cuando compré el vuelo, así que imaginaros mi cara cuando me enteré... al principio un poco de enfadada pero luego la mar de contenta porque hacía años que no viajaba en tren y lo cierto que da gusto: súper cómodo, con cargador para el móvil, Wiffi para el Ipad y dos mega asientos para mí solita. Sólo fue una hora de trayecto y llegué a Philly a eso de las 15:30. Iba totalmente sin rumbo, no había buscado ni dónde estaba el hotel ni que transporte debería coger al llegar pero claro que sí, de eso se trataba el viaje; ir de aventurera total (esto también incluye Florida pero eso lo contaré más tarde). Lo único que sabía es que solo tenía un día para ver todo pero también sabía que no había mucho que visitar allí.

Me cogí el metro y como preguntando se llega a Roma (y con nuestro querídisimo Google a veces ni preguntar hace falta) llegué súper rápido al hostel que tenía reservado. Se llama Apple Hostel (32 S Bank St, Philadelphia, PA 19106) y me valió uno $48 tax incluidas. Recomendadísimo!! Muy nuevo, limpio, ambiente juvenil y muy bueno.

Después de dejar todo en mi habitación compartida de 16 chicas... me fui a coger el bus turístico porque me parece la forma más rápida de visitar una ciudad si tienes poco tiempo para ello, pues te deja en todos los puntos de interés y te lleva y te recoge cada media hora. Así que después de que el que vende los boletos me intentara timar queriéndomelo vender a $27, finalmente se lo compre por $20 y con la condición de que me sirviera también para el día siguiente pues ya era bastante tarde y sino no me compensaría (en el regateo no me gana nadie).

Visité varias cosas y a las dos horas empezó a llover y tuvimos que escapar todos para la zona cerrada del autobús. Después de eso me fui a coger algo para cenar al 7ELEVEN y me fui para el hostel. Allí, pasé un muy buen rato hablando con varios chicos y chicas. La parte que más me gusta de viajar! y me fui tempranito a la cama porque estaba casi sin dormir y al día siguiente quería levantarme temprano. Creo que es la primera vez que madrugo tanto en un viaje, me levanté a eso de las 7:30 porque quería visitar lo máximo posible esa mañana pues a las 16:30 salía mi avión.

Visité todo lo típico y, para mi sorpresa, una de las cosas más importantes como es el Museo de Arte donde se encuentran las famosos escaleras de la película de Rocky, estaba cerrado porque había habido un maxiconcierto la noche anterior y había operarios por todos lados. Yo no quería quedarme sin mi foto "modo Rocky" así que me colé por donde pude y saqué fotos desde abajo y luego preguntando me informaron de que también se podía ir arriba del todo por otro lado. Así que, conseguí mi ansiada foto!

Como he dicho, Philladelphia no tiene mucho que visitar de echo me alegré de ir solamente un día, pero me pareció una ciudad muy tranquila y bonita donde no me importaría vivir.
Respecto a lo de viajar sola me fue una buena experiencia; eso de ir a mi ritmo y visitar lo que me apetece y cuando me apetece sin depender de nadie me gustó todavía más pero, sinceramente, prefiero viajar acompañada. No me importaría volver a repetirlo si quisiera visitar un sitio y no tuviera con quien como en este caso, pero me parece que lo más importante de los viajes es la compañía y las vivencias con esas personas y no solo el sitio que vas a visitar. También es cierto que viajando sola conoces muchísima gente y te abres a otras cosas que no harías si lo haces acompañado.
Quién me iba a decir a mí hace unos años que haría un viaje por América sola con lo miedicas que era. Cuando viví en Irlanda y veía a la gente viajar sola no entendía cómo podían hacer eso y creía que en mi vida lo haría yo pero ya se ve... que la vida da muchas vueltas, más de las que creemos!
 
 
 



El lunes cogí un vuelo a Tampa-Florida y en ese momento empezaban mis verdaderas vacaciones y con la persona que más deseaba pasarlas: Anna.
Pasamos toda la semana en su casa, vive en la zona de Saint Petersburg que por cierto me encantó; un clima perfecto (para mi gusto un poco agobiante de calor), zona tranquila, playa cerca y súper bonito. Casas tipo con embarcadero y todo muy costero. Le llaman la "Ciudad del sol" porque hay 360 días de sol al año, eso sí, con tormentas a diario. Es una pasada lo de las tormentas en este país, en Raleigh también pasa pero lo de Florida es una locura. De repente estás en la playa muriéndote de calor y en un segundo cae una tromba de agua con tormenta como si se fuese a acabar el mundo. A los dos minutos vuelve a salir el sol y como si no hubiese pasado nada. Hablando de tormentas, estando allí viví lo único que creo me quedaba por ver en USA; un huracán. Estábamos las dos con los niños en la sala a eso de las 7 de la tarde y empezó una de esas tormentas diarias pero de repente empezó un vendaval enorme con remolino incluido que comenzó a tirar todo lo que se encontraba a su paso. Duró apenas unos segundos y después de eso hubo un chispazo y se fue la luz. Nos quedamos todos inmovilizados por lo que acabábamos de ver y en seguida nos llamó la abuela de los niños que vive pegada a la casa preguntándonos si estábamos bien. Nos dijo que lleva toda la vida viviendo allí y que era la primera vez que veía un huracán. Fue una auténtica pasada!

La semana en casa de Anna fue tranquila, ella tenía que trabajar así que durante esos días no hicimos nada especial más que su rutina de trabajo, algún día a la pisci, otro día a un partido de baseball y otro a la playa de St. Pete, preciosa por cierto.

St. Pete beach.

 

El jueves salimos por Tampa a un bar donde jugamos con unos americanos al típico juego de los vasos en el que se juega por parejas y tienes que meter una bola de ping-pong en el lado contrario para que los contrincantes se lo tengan que beber. Además era la promoción de Budlight (una cerveza muy típica aquí) y nos regalaron cantidad de cosas como camisetas, labiales, pelotas, cascos, etc. No nos paraban de traer cosas y nos fuimos a casa como recién venidas de un mercadillo. Además había photocall y nos sacaron unas fotos muy chulas. Lo pasamos realmente bien.
Photocall.

American game.

 

El viernes cuando Anna acabó de trabajar fue cuando empezó nuestro gran finde aventurero y nunca mejor dicho porque íbamos totalmente sin rumbo otra vez. Empezamos cogiendo un autobús de estos de Megabus que son súper baratos (si lo coges con tiempo hay hasta billetes desde $1 a muchas ciudades de USA) con destino MIAMI!!! Como nos encanta este sitio y lo cierto es que nunca nos defrauda. El recorrido fue de 5 horas y se hizo un poco pesado pero el bus era muy cómodo, con wiffi y cargador para el móvil (dos de las cosas más importantes aquí). Llegamos al aeropuerto donde teníamos reservado un coche y después de mil líos para poder alquilarlo por fin lo conseguimos. Con nuestra mala leche por haber perdido tanto tiempo allí con el rollo de los coches nos fuimos a Miami de fiesta donde se nos pasaron todos los males. Fuimos a nuestra queridísima discoteca donde fuimos varias veces la primera vez que visitamos Miami, a mi me encanta porque ponen música latina y por supuestísimo me lo pasé genial.


 
Omitiendo detalles... por la mañana nos dirigimos a Key West más conocido como "Los Cayos de Florida". Para llegar allí que son como 3 horas y media de viaje, tienes que atravesar todos los Cayos por un puente infinito y las vistas son realmente espectaculares. Dicen que es "El final de USA" porque es la parte más al Sur de América y está a tan solo 140km de Cuba.
A medio camino nos paramos en un... no sé como llamarle... especie de acantilado rocoso a darnos un baño para despejar pues apenas habíamos dormido nada y nos sentó de lujo. Después de eso seguimos nuestro camino.
 
Atravesando los Cayos.
 

Al llegar nos dirigimos directamente a una playa situada en Cayo Hueso, típica llena de palmeras que recordaba totalmente al Caribe, me encantó.


Después nos fuimos a ver el atardecer a Mallory Square, dicen que uno de los más bonitos del mundo, eso si el día está despejado que no fue el caso, así que a mí personalmente no me pareció para tanto.
 
Por la noche salimos por Key West. Es una calle toda llena de tiendas de souvenirs abiertas hasta las tantas con típicos bares americanos; unos con música country como no, otros modo discotecas (uno me hizo mucha gracia porque era una imitación al de la peli "Bar Coyote") y otros simplemente para estar de relax. Me gustó mucho el ambiente y la zona pero no era lo que realmente esperábamos, nos dijeron que era la fiesta padre y para ser sábado no había demasiada gente si quiera.

Bar Coyote.
 
 
Al día siguiente y omitiendo otra vez detalles de nuestro gran viaje aventurero jaja nos fuimos a Bahía Honda State Park. Un parque natural espectacular lleno de playas preciosas y paisajes increíbles. Estuvimos en dos de las playas y no me pudo haber gustado más. Aquí sí que parecía que estábamos en el Caribe con playas alucinantes de agua súper transparente, llenas de peces exóticos. Cuando nos fuimos a dar el primer baño había un pez manta gigante en la orilla como si nada.





Nos fuimos de Key West sintiéndonos genial de haber decidido ir porque sin duda que mereció mucho la pena y lo recomiendo cien por cien.

Nos volvimos a Miami y nos dimos un paseo por la mítica calle Ocean Drive donde nos sentamos en la hierba a pasar el rato y observar a todo el que pasaba.
 
Por la noche salimos y, por supuesto, acabamos en la discoteca de siempre, había que despedirla! Sin duda fue el broche de oro a nuestro gran viaje porque me lo pasé realmente bien, fue una noche... genial!!


Después de salir a eso de las 6 de la mañana nos fuimos directamente al aeropuerto donde teníamos que devolver el coche y donde yo tenía que coger el vuelo a Raleigh y Anna a Tampa y, aunque no tenía fuerzas apenas ni para respirar, cuando me despedí de Anna volví a sentir un vació inmenso por tener que separarnos otra vez. Sabía que la vería en unas semanas pero es lo peor del mundo tener que decirnos adiós (a pesar de que nuestras despedidas siempre son patéticas, no sé por qué, bueno o sí lo sé jaja).
 
Sin duda fueron unas vacaciones increíbles, llenas de aventuras (muchas, incluso demasiadas) momentos y vivencias únicos que repetiría cada semana de mi vida. Tal y como siempre que estoy con mi queridísima amiga!