sábado, 18 de enero de 2014

Depresión postvacacional

Así es como me encuentro esta semana después de uno de los mejores fines de semana desde que estoy aquí pues por fin llegó nuestro viaje a Miami.

Y qué puedo decir de este viaje?? que ha marcado un antes y un después en mi vida, vengo totalmente enamorada de Miami y no sólo por la ciudad en sí sino por lo bien que me lo pasé, el clima, el ambiente...

Empecemos desde el principio...
El jueves a las 8 pm Anna y yo poníamos rumbo a Miami con muchísimas ganas e ilusión de pasar 4 días allí. A mí me debían un día por haber trabajado un domingo así que pudimos viajar desde el jueves lo que es genial porque ir sólo el finde no da para nada. Marta y Viki volaron al día siguiente porque tenían que trabajar.
(Ésta fue la última vez que vimos el pasaporte de Anna, ya que se lo olvidó en el aeropuerto, una liada pues llevamos ahí pegada la Visa y ahora no sabemos qué tendrá que hacer para recuperarla):
 

Salimos de Raleigh con un frío tremendo pues esa semana, como muchos de vosotros sabéis por prensa y televisión, hubo un frío histórico en USA con bajadas de temperaturas increíbles. En Raleigh estuvimos a -12º. Pues llegamos a Miami y al salir del avión el calor era una pasada.
Alquilamos un coche en el aeropuerto y en el parking donde se recogían los coches el calor era bochornoso, ya que en Miami hay muchísima humedad. Un día por la noche había un 91% de humedad por lo que tuve esa sensación de cuerpo pegajoso todo el viaje. Pero me daba igual porque estaba a 9 de enero y a 28ºC.

Pues bien, después de alquilar nuestro coche fuimos en busca del hostel, que lo encontramos sin problema gracias al bendito GPS (no sé qué sería de nosotras sin él aquí, se ha convertido en nuestro mejor amigo). Anna y yo íbamos en el coche con la adrenalina a tope y más emoción que si nos hubiera tocado la lotería. Música a tope, ventanas abiertas y cantando como locas. De camino, atravesando el puente para entrar en Miami Beach descubrimos la preciosa estampa de Miami, mi preferida de todo el viaje (adoro las ciudades de noche): Edificios altos abarrotados con luces mezclado con la calma del puerto y los barcos.

Llegamos al hostel y no tenía mala pinta, además estaba muy céntrico al lado de la playa y de la calle principal. Nos gustó mucho el ambiente, gente joven modo mochileros que solo ofrecen buen rollo a cambio de interactuar un poco con ellos.

Tuvimos que esperar para hacer el check-in y mientras, conocimos a un grupo de argentinos que estaban de botellón allí en el hostal. Y tan solo después de intercambiar cuatro palabras nos dijeron si nos uníamos a ellos de fiesta y, por supuesto, Anna y yo no lo dudamos ni un momento. Fuimos a la habitación dejamos las cosas, nos cambiamos y bajamos. La habitación bueno.... no estaba mal aunque no era una suit era una de 4 camas solo para nosotras con baño propio así que solo por el echo de no compartir habitación ni baño con nadie más para mí ya es un lujo, no estaba muy limpia pero seguro que he dormido en sitios peores.

Primero intentamos entrar en una discoteca pero valía 40$ así que nos fuimos a la zona de marcha de al lado de la playa en la calle principal que se llama "Ocean Drive". Hay muchos restaurantes que luego se convierten en pub y entramos en uno que aunque al principio nos pareció un poco raro acabó encantándonos y siendo nuestro sitio de salir todo el fin de semana. Era una discoteca donde había actuaciones de chicas y de chicos. Eso sí, si no tienes las tetas y el culo operados no te molestes en pedir trabajo allí, mas bien, no te molestes en ir a Miami porque no encajarás jajaja. Nunca había visto tal cosa y de tetas aun tal pero de culo?? en mi vida!
Para que lo veáis con vuestros propios ojos:
 
El caso es que nos los pasamos genial en ese garito con el grupo de argentinos. Lo que nos llamó la atención fue lo acosadores que son los hombres allí y lo guarras que son las mujeres. No me extraña que los tíos cuando ven chicas normales vayan a por ellas a saco porque madre de Dios!
Foto de la primera noche, mi pelo no tuvo sentido en todo el viaje pues con esa humedad no había quien lo domara:
 
A lo tonto nos dieron las 7:30 am y a las 9 fuimos a buscar a Marta y Viki al aeropuerto, que bajón! los que me conocéis sabéis que necesito dormir una media de 9-10 horas para ser persona así que imaginaros como estaba.
Dejaron las cosas en el hostel y nos fuimos directitas a la playa a dormir la siesta aunque finalmente no dormí pero sí que estuve muy relajada al sol después de un bañito en el mar. Creo que nunca me había bañado en la playa en enero!
Entrada a la playa de South Beach.
 
Luego nos fuimos de turisteo, aunque no hay mucho que ver en Miami es más bien playa y fiesta.
Fuimos a "Little havana" que es como una pequeña Cuba inmersa en la ciudad. Sin duda la parte que más me gustó, era como estar en la verdadera Havana; las casas, los locales, las calles, los lugareños, sitios donde hacían puros a mano... me gustó mucho.
Little Havana.

Little Havana.

Little Havana.
 
Después de comernos un rico helado en Little Havana, nos fuimos al puerto donde sacamos muchas fotos, de las que más me gustaron del viaje:

 
 
Tras todo el día de turisteo nos fuimos al hostel a echar una siesta, después nos cambiamos y nos fuimos de fiesta. Estando en la playa un relaciones públicas nos ofreció ir a una discoteca gratis "Mansion Nightclub" y como no teníamos plan mejor decidimos ir. El precio normal era de 40$ así que teníamos que aprovechar! La discoteca estaba genial y el ambiente también aunque se veía que era más pijo que en los garitos de la playa. Estuvimos allí y luego para acabar la noche volvimos al pub del día anterior.

 
El sábado por la mañana nos fuimos a una playa en Naples en Florida a dos 2 horas y media de Miami y, según Google, la más votada en 2005 como mejor playa de Estados Unidos. Pues bueno... que queréis que os diga, será que al ser gallega estoy muy mal acostumbrada (ya que tenemos las mejores playas de España, modestia aparte) pero no me pareció para nada alucinante, una playa normal y corriente. Lo que sí que tenía era un muelle que se introduce en el mar desde donde vimos la puesta de sol que nos ofreció una vista espectacular del golfo de México. Además, había muchos pelícanos pues según un cartel que había allí, Naples es el santuario de los pájaros.
Bueno, he de decir que a pesar de salir todos los días de fiesta nos levantábamos muy temprano, creo que es la primera vez que lo hago en un viaje pero en Miami no merecía la pena desperdiciar ni un minuto durmiendo. 
Playa de Naples-Florida.

Playa de Naples-Florida.

Atardecer en Playa de Naples-Florida.
 
Atardecer en Playa de Naples-Florida.
 
Las casas de alrededor de la playa eran impresionantes, nunca había visto casas tan grandes. Una auténtica pasada.
 
 
De camino a Naples, en los ricachuelos pegados a la carretera, había muchísimos cocodrilos lo que me pareció un poco peligroso pues solo un guardarail y un poco de hierba separaba a éstos de nosotras. Mi host mom me contó que en Florida casi todas las casas están protegidas para que no los cocodrilos no puedan acceder a ellas pues igual que aquí te encuentras ciervos en cualquier lado allí sucede lo mismo con estos bicharracos.


Nos volvimos a Miami y otra vez de fiesta, había comentado que Miami es solo fiesta-playa, playa-fiesta?? Fuimos a una macro discoteca que también nos había invitado el relaciones públicas de la playa pero entramos, vimos que no era nuestro ambiente y nos fuimos. La discoteca estaba genial pero era gente mayor y súper pija. Nos fuimos para la zona de la playa y entramos en uno donde la pista era al aire libre y luego dónde acabamos?? sí en el pub del primer día pero esta vez un poco más decepcionadas porque había un grupo latino tocando en directo y, a pesar de que me encanta la salsa, llegaba un momento que atoraba.

El domingo era nuestro último día en Miami pero como cogimos el vuelo para tarde (9pm) tuvimos todo el día para disfrutarlo.
Vimos lo último que nos quedaba y fuimos a la playa en la cual me puse camarón total, en un día me puse más morena que en todo el verano pasado. El agua estaba cristalina y no muy fría, al menos para mí y nos echamos una larga siesta al sol entre baño y baño.

 


Después nos comimos una rica paella en el bar que habíamos estado la noche anterior bailando, el de la pista al aire libre y la verdad... parece que la fiesta aun no había acabado el del día anterior porque menudo espectáculo. DJ dándolo todo, camareras bailando, gente por el aire... una pasada! Estábamos pegadas a la calle principal y mientras comíamos podíamos observar los coches que pasaban por delante, sabíamos que en Miami hay mucho dinero pero no salíamos de nuestro asombro de los pedazo de coches y motos que se paseaban por allí. Una locura el nivel de vida de este país, pero Miami creo que va en cabeza.
 




 

Para terminar, acabamos viendo el atardecer en el South Pointe Park, precioso...
 
Y como broche de oro de nuestro súper viaje Anna y yo volvimos a casa en primera clase. Todavía no sabemos el por qué. Nos acercamos al mostrador para preguntar si nos podíamos sentar juntas y la señora, muy amable, nos colocó en primera clase. Anna y yo no dábamos crédito, íbamos sentadas en los primeros asientos del avión, nunca antes había volado ahí. Nos ofrecieron toda la bebida que quisiéramos con un snack, galletas de chocolate calientes recién salidas del horno, etc. De lujo!

Y este ha sido nuestro genial fin de semana. Me olvidé de comentar que estuvo bien para unas vacaciones pero, por el bien de mi inglés, no podría vivir allí esta experiencia como au pair. Todo el mundo hablaba español, me recordó mucho a cuando estuve en Canarias porque tienen un acento parecido pero para nada parecía que estábamos en Estados Unidos. De echo, un chico de Londres nos comentaba que estaba un poco indignado porque no sabía hablar español y en algunos sitios no le entendían porque hablaba inglés, una pasada!


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Después de mi relato sobre Miami contar un poquito cómo va el resto de la vida normal. La semana pasada no actualicé el blog pues algunas veces me cuesta mucho ponerme a ello pero no me gustaría dejarlo de lado por las razones que expliqué muchas veces así que seguiré intentando actualizarlo cada semana.

La semana pasada fui con Marta a un partido de Basket de la UNC. Aquí hay dos universidades muy importantes: Duke (donde mi host mom trabaja como médico) y la UNC. Pues bien vimos un partido de éstos últimos que casualmente jugaban contra Miami.
Me encantó el ambiente del partido, aunque no son del todo profesionales porque no dejan de ser equipos universitarios, es alucinante lo en serio que se lo toman. La afición es increíble y son totalmente como partidos de la NBA.
Ver un partido de estos sí que es una auténtica americanada: el himno antes del partido, los jugadores saliendo con esa música tan típica y juego de luces, la mascota del equipo, las animadoras... increíble! Tengo muchísimas ganas de ir a ver los Lakers en California con Rider porque estoy segura de que para él será una experiencia que nunca olvidará.
Otra cosa que me llamó la atención es la afición, se vuelcan totalmente con el equipo y no hay ni una sola persona que no lleve algo de la UNC tienen de todo.
Contar como anécdota que en esta universidad estudió Mikel Jordan y éste fue el equipo donde empezó y se formó como jugador de baloncesto.
Nuestras entradas, al ser de las más baratas, eran arriba del todo pero como españolas que somos en uno de los descansos nos bajamos para abajo y nos sentamos en unos asientos que encontramos libres al lado de la pista pues nadie te vigila. Como ya he dicho muchas veces aquí las normas las cumple todo el mundo y no hace falta que esté nadie vigilando.
 
 
Otra americanada que nos pasó la semana pasada a Anna y a mí fue que nos paró la policía por pasarnos un semáforo en ámbar. Que miedo pasamos pero fue de peli total! Al final no nos puso la multa (que eran 400$) pero nos echó una regañina y nos dio un sermón de que eso es muy peligroso y mucha gente muere por ello, hola?? estamos hablando de un semáforo en ámbar?? No se puede se mas dramas que en este país.
 
 
El día 1 de enero, no se si ya lo conté, mis hosts de fueron de crucero por el caribe porque Teah acabó la residencia de médico después de ocho años. Así que nos quedamos los trillizos y yo con los abuelos ricos. Me encantaron estos quince días con ellos porque son geniales y porque me sacaron mucho trabajo de encima. Además, los niños empezaron la guardería dos días a la semana y esos días me dejaban libre hasta las 2 de la tarde. Yo todavía no he empezado el voluntariado en la guardería porque aprovechaba para hacer recados ya que me dejaban libre pero empezaré en febrero, tengo muchísimas ganas.
 
 
Este jueves pasado empecé en el College. Me matriculé para el curso de preparación al TOEFL, aunque es un poco difícil me parece que es un título muy valorado internacionalmente y que me vendrá muy bien para mi Curriculum. Estoy con muchas ganas y muy motivada con el inglés, noto que he mejorado un montón sobre todo a la hora de entender.
 
El primer día no hicimos mucho, nos presentamos, hicimos el carnet de estudiante, un listening y poco más.
 
El chico que estaba a mi lado resultó ser ni más ni menos que de Betanzos, que coincidencia cuando sorprendido me pregunta si soy española y cuando le pregunto yo a él de qué zona es me responde que gallego. Me contó que lleva dos años aquí, en Carolina y que su mujer trabaja en la UNC como investigadora de la enfermedad del sida. Me encanta escuchar las historias de la gente; por qué están aquí y los sitios que ya se han recorrido.
 
 
 
Y ya lo último que contar por hoy es que mañana me voy a Arizona una semana de vacaciones con la familia, a casa de los abuelos ricos. En realidad me voy en 5 horas y media porque nos vamos a las 6 de la mañana pero no quería irme sin actualizar el blog sino ya se me iba a acumular mucho que contar.
Tengo muchas ganas de ir y conocer aquello... todo ello si sobrevivo a 6 horas de vuelo con los trillizos, pero eso lo contaré en la siguiente entrada.
 
See you soon!
 
 
 
 
 

lunes, 6 de enero de 2014

Navidades superadas!

Sí... ya puedo decir que he sobrevivido a unas Navidades aquí y lejos de mi familia.

Llegó el Día de Noche Buena y lo de pensar en que era un día normal para no tener morriña no funcionó. Ese día tenía que trabajar porque Teah tenía que ir al entierro de la prometida de su padre, que creo que dije en la anterior entrada que se había puesto enferma y Charlie tenía que pintar el basement. Así que me levanté a las 7:30 am con una mezcla entre pena, melancolía y mala leche por tener que trabajar ese día y por lo que me habían dicho el día anterior mis hosts. Resulta que el día antes de Noche Buena me dicen que la abuela sigue con lumbalgia y que no va a venir y que los amigos tampoco (estaba claro!) así que no iban a celebrar nada el 24, el 25 haríamos cena de Navidad. A mí me dio el bajón porque no celebrar Noche Buena no estaba en mis planes pero al final todo se enderezó un poco más y Viki nos invitó a pasar la Noche Buena a Anna y a mí en su casa, con su host family.

A mis hosts no les pareció bien que fuera a cenar a casa de otra familia, me dijeron que esperaban que pasara esa noche con ellos y los niños cocinando galletitas para Santa como me habían dicho. Así que tuvimos un "intercambio de opiniones" y le dije lo que pensaba y ella a mí de buenas maneras pero finalmente me fui.

En casa de Viki estuvimos bien aunque Anna y yo nos sentíamos fuerísima de lugar, fueron muy amables en invitarnos pero la verdad que no pintábamos nada. Así que cenamos (a las 6 de la tarde), vimos como los niños abrían los regalos de Noche Buena y cuando los mayores iban a abrirlos ya nos retiramos. Nos fuimos a casa de Anna y nos hicimos un smoothie de frutas casero y estuvimos hablando hasta que dieron las 22:30 y me fui a casa. Cuando llegué mis hosts estaban montando regalos para los niños, colocándolos debajo del árbol, etc. Estuve allí un rato con ellos hablando y luego me fui a la cama.

Al día siguiente habíamos quedado en desayunar juntos a las 8:30 pero a las 8 ya estaba despierta y súper nerviosa cual niña pequeña porque había venido Santa. Bajamos y los niños empezaron a abrir regalos. Había muchísimos así que abrieron unos pocos, hicimos pausa para desayunar y después continuaron. El desayuno de Navidad, suele ser típico aquí hacerlo a lo grande y qué mejor que jamón al horno, huevos revueltos, rodajas de tomate, fruta y pastelitos para empezar la mañana??
 

Acabado el desayuno seguimos abriendo regalos y como fui buena Santa también dejó regalos para mí pero lo que más ilusión me hizo fue que me dejara un stocking (calcetín navideño) lleno de cositas. Me regalaron: una camiseta, unos pendientes, un broche, un boli para el Ipad, cremas y jabones de Victoria Secret, barra de labios, caramelitos, bombones lindth y una tarjeta de 100$ para un salón de belleza con SPA. Los abuelos de Arizona me mandaron una sudadera de la Universidad de allí y la otra abuela y la tía un fulard y una vela aromática (no tengo foto de eso).

Por mi parte, acerté de pleno con mis regalos. A los niños les encantaron y juegan siempre con ellos y creo que a los padres también les gustaron mucho (ya sabéis, aquí la expresividad no es a la española).



Después de estar dos horas abriendo regalos... estuve haciendo Skype con mi familia y Rider y luego ellos se fueron al parque con los niños y yo fui a visitar a Anna que estaba enferma.
A las 6 me volví a casa para nuestra "Cena de Navidad" y la verdad que me lo pasé muy bien con ellos cocinando, hablando de un montón de cosas, etc. Además estaba todo muy rico, les encanta cocinar y me hace gracia (momento peli) que siempre sacan el libro de recetas familiar donde se pasan las recetas de generación en generación. Siempre, siempre cocinan con libro de recetas ya sea el familiar o comprado. Y para cocinar nada de "a ojo", aquí todo va por medidas, tienen medidores de todo tipo así como instrumentos de cocina para cada cosa, es una pasada! Contrasta un poco con la idea de que luego todo sea de cocina rápida y fácil preparación.


El día 28, no sé si expliqué en la otra entrada, celebraríamos las Navidades en Virginia con la familia de mi host mom. Sus padres están separados así que suelen hacer un gran desayuno navideño con su padre y un lunch-cena con la madre. Ellos me avisaron varias veces de que la vida de su familia en Virginia es muy diferente y que debía verlo yo misma. Yo pensé que exageraban hasta que llegamos allí.
Tanto el abuelo como la abuela viven en zonas muy apartadas donde no hay ni cobertura para el móvil y en casas muy pequeñas en plan "Esta casa era una ruina versión USA". Primero fuimos a casa del abuelo de los niños y había un montón de gente los cuales no mostraron ni el mínimo interés en que llegásemos. El abuelo, pobre, cocinando sin parar un gran desayuno para toda la familia y cuando fue la hora de empezar a comer cada uno cogió modo buffet su comida y se dirigió a una zona de la casa, todos excepto nosotros y los niños. Imaginaros mi cara, no daba crédito a lo que estaba pasando. Este es el desayuno navideño familiar?? Era todo muy extraño, muy diferente a lo que estoy acostumbrada tanto en España como con mi familia de aquí. Ya no solo por el nivel de vida social que se nota que es muy pero que muy inferior al de mis hosts, sino por detalles que veía que no eran normales.
Bueno después del súper desayuno "en familia" se pusieron a dar los regalos de Navidad, muy forzado también y luego estuvimos allí un rato y nos fuimos a casa de la abuela.
Casa del abuelo.

Desayuno "en familia".
Abriendo los regalos en casa del abuelo.

La abuela es la que yo ya conocía que me cae genial, nada más entrar por la puerta me dio una abrazo como si fuera una nieta más. Allí ya me sentí más cómoda y hable mucho con ellos. Pero de nuevo cosas raras o diferentes.... llegamos y se suponía que era un lunch en familia así que esperarábamos a que llegase la hermana de Teah de casa del padre donde habíamos estado, pero como no daban llegado todos empezaron a picar de la comida que había (por cierto comprada, mira que son vagos!) y al final eso fue la comida, no fue en familia o quizá para ellos sí lo sea. Mi concepto de comida familiar es sentados a la mesa, hablando y disfrutando de la comida. Para ellos la hora de comer es un simple mecanismo, se come porque es la hora, hay que comer y punto, no es nada cultural como en España. De todos modos, yo seguía ojiplática con la situación.
Cuando llegó la hermana por fin, de nuevo nos dimos los regalos (a la abuela le encantó la cesta de pastas que le compré) y después comimos el postre.
Luego de regreso a casa, dos horas de camino que se hicieron eternas y al llegar y para no variar me fui a casa de Anna a dormir. Es mi segunda casa aquí :)
Por cierto, de camino a casa de los abuelos vi un pueblo Amish, tengo muchas ganas de ir a visitar uno con calma. Lo único que vi de pasada fue a un señor amish labrando las tierras con caballos y arados de madera a la antigua usanza. Me parece increíble que todavía haya gente viviendo así en américa.
Casa de la abuela.
Los postres.
Y bueno... después de Noche Buena, Navidad y postnavidad en Virginia, ya se habían pasado la mitad de las fiestas y yo sin darme cuenta, sin asumir aún que estábamos en estas fechas tan señaladas y que no las había pasado en mi casa como hasta ahora.

Así que pronto llegó fin de año y de nuevo pensé en hacer como si de un día normal se tratara pero tampoco coló! De nuevo me levanté con la llorera y con la angustia de no pasar ese día con mi familia. Aunque finalmente... lo pasé bien!

Aquí no se celebra fin de año (cosa que no me cabe en la cabeza), no se suele hacer cena familiar y mucho menos comer las uvas como en España.
Así que mi plan fue cenar pizza en el suelo de casa de Anna y luego ir a downtown (centro de la ciudad) donde organizaban el "Accorn drop". Es parecido a la bajada de la bola de NY para recibir las campanadas pero a lo pobre.

Bueno, tengo que contar que a las 6:00, 12 pm en España, vi las campanadas por Skype con mi familia. Anna me apareció en la habitación con una copa de champán llena de zumo y doce cacahuetes (no podía ser otra cosa en este país del cacahuete) para que tomara las "uvas" con mi familia (que curriña es!) Estuvo genial, sin duda una manera muy especial y diferente de recibir las campanadas. Fue muy emocionante para mí, sobre todo el momento post-uvas de abrazos y brindis entre todos. Mi sobrino estaba eléctrico porque era la primera vez que iba a ver los petardos que se echan en Vigo después de las campanadas, está tan cambiado en solo 3 meses... Ay! cuánto lo echo de menos!!! (morriña modo ON).

Bueno... después de arreglarnos y toda la parafarnalia, llegamos al downtown y hacía un frío de muerte -2º y había muchísima gente por todos lados. Solo podíamos ver muy muy al fondo un escenario (con buena música) y la bellota gigante colgando de una grúa. Así que... qué es lo que suelen hacer unas españolas en estos casos?? colarse, efectivamente! Aprovechamos que pasaba una "conga" bailando para avanzar entre la multitud dejando a los lados muchas caras de desaprobación (pero en ningún momento nadie dijo nada, cosa que en España te montarían un pollo) y llegamos casi hasta el escenario y cuando vimos una buena ubicación allí nos quedamos.

Cuando llegamos...
y después de colarnos.


Después de colarnos.
Solo quedaban 20 minutos cuando nos asentamos y lo cierto es que se me pasó volando porque enseguida solo quedaban 2. Llevamos nuestras uvas, ilusas de nosotras, pero no pudimos tomárnoslas porque aquí en los últimos 10 segundos hacen como la cuenta atrás mientras la bellota va bajando e iban muy rápido como para comer una uva en cada segundo, así que comimos las que pudimos (en realidad en España nunca me las acabo tampoco). Cuando llegó a las 12 la bellota tocó el suelo y todo el mundo empezó a gritar Happy New Year y los fuegos artificiales empezaron a estallar con una música súper melancólica de fondo. Fue muy emocionante la verdad. Después de un buen rato de fuegos la gente empezó a irse y los bares empezaron a llenarse de gente. No hubiera estado mal seguir la fiesta allí con conciertos aunque hacía muchísimo frío.

Nos pusimos a buscar un bar y todos eran carísimos en plan 30$ solo por entrar así que seguimos buscando y encontramos unos por 5$. Había música en directo y no estaba mal y total... solo sería para una hora y media porque SÍ! también esa noche cerraban pronto los garitos.

Me lo pasé genial viendo el percal de nuestros alrededores, un día he de hacer un vídeo para que todos lo veáis. American Pie no es una película es la realidad americana! Y la manera de bailar de los americanos? eso merece una entrada aparte. Se ponen a bailar modo rozando cebolleta pero a un nivel exagerado y se pasan así horas y cada vez la cosa va a más. Puede haber en la pista de baile 8 parejas haciendo eso y a nadie le llama la atención más que a nosotras.

Después acompañé a Anna a fumar fuera y creo que pasé el mejor rato de toda la noche, como me reí. Conocimos a dos americanos y a pesar de que yo solo entablaba conversación para practicar mi inglés, ellos no hacían más que ofrecernos "american sex" que según ellos es el mejor del mundo. Yo empeñada en practicar preguntándoles qué estudiaban o trabajaban y sus respuestas siempre se dirigían a lo mismo, aquí son todos unos salidos aunque las americanas los equiparan bastante bien.
La noche se pasó muy rápido aunque agradecimos volver a casa pronto porque estábamos heladas y con dolor de pies.







Nunca creí que pasaría unas navidades tan lejos de mi familia y cuando pensé en que las iba a pasar aquí suponía que serían las mejores de mi vida, muy americanas y casi de película. Ahora, me doy cuenta que da igual donde pases las navidades, lo único que cuenta es que estés cerca de los tuyos para que realmente las disfrutes.

Aún así, me alegro muchísimo de haberlas vivido aquí y una de las cosas que me llevaré a España será intentar vivirlas como en USA porque me encantan estas fechas y ha sido una pasada ver lo fanáticos de la navidad que son los americanos.


...Un aventura más!